DONOSTIALDEA es la comarca que rodea a la capital guipuzcoana. Constituida por seis pueblos, Andoain, Astigarraga, Hernani, Lasarte-Oria, Urnieta y Usurbil, es conocida sobre todo por sus famosas sidrerías.

El magnetismo de la capital no debe hacer olvidar los encantos de Donostialdea, el área que la rodea. Para empezar, es la comarca de la sidra, con epicentro en Astigarraga pero con fuerte presencia también en Hernani y Usurbil. No hay que prescindir del ritual de comer o cenar en una animada sidrería, especialmente durante su temporada.

El ambiente que se forma en Lasarte-Oria los días en que los caballos galopan por el cercano Hipódromo de Donostia-San Sebastián o la solidez de los edificios históricos de Hernani destacan en una comarca ideal para el senderismo. Las vegas del río Urumea y pequeñas cumbres, como la del Adarra (Urnieta), proporcionan excelentes paisajes para excursiones. Desde Andoain se accede al biotopo protegido de Leitzaran, que aprovecha la vía verde del Plazaola, con sus túneles y puentes, para recorrer un estrecho y estimulante valle.

Naturaleza y creación humana se dan la mano en la finca Zabalaga de Hernani. Allí, las campas de la finca y el interior de un antiguo caserío conviven con el arte en Chillida-Leku.

Usurbil

Entre sidra, angulas y casas blasonadas

Situado a diez kilómetros de San Sebastián, Usurbil es uno de los municipios guipuzcoanos que conserva la tradición de producir sidra. Durante la temporada de sidrerías, de enero a abril, numerosos visitantes se acercan a esta localidad para degustar el caldo de manzana directamente de las barricas y el sabroso menú a base de chuleta, bacalao, queso con membrillo y nueces.

Lasarte-Oria Un municipio joven.

Aunque con vetustas raíces, es reciente la creación del municipio de Lasarte-Oria, próximo a la capital y a su hipódromo.

La joven pero veterana Lasarte-Oria, comunicada por la N-1 y a un paso de la capital, se asienta entre las vegas de los ríos Oria y Urumea. En el núcleo de Lasarte sobrevivieron a los embates de la Guerra Carlista algunos edificios de interés, como la parroquia de San Pedro, la Casa Concejil o el convento de las Brígidas.

Astigarraga Capital de la sidra.

Si bien otras localidades de Donostialdea (Hernani, Usurbil) cuentan con numerosas sidrerías, el pequeño municipio de Astigarraga ostenta la capitalidad en cuanto a sidra se refiere.

Situada en la margen derecha de río Urumea a escasos ocho kilómetros de Donostia-San Sebastián, Astigarraga llegaría a ser un barrio donostiarra durante un tiempo, desde 1941 hasta 1987, año en que recuperó su autonomía municipal.

Astigarraga, que en euskara viene a significar 'lugar de arces', se identifica con otra especie arbórea, el manzano, y con su derivado natural más delicioso, la sidra. Todo el término municipal de Astigarraga está salpicado por sidrerías, en número cercano a la veintena.

Hernani.Entre Celaya y Chillida.

El poeta Gabriel Celaya pidió que esparciesen sus cenizas por su Hernani natal. Allí dejó su legado otro gran creador, Eduardo Chillida, en el museo Chillida-Leku.

Ya en el siglo X aparece mencionada Hernani, que sería una de las villas más antiguas de Gipuzkoa. Su posición geoestratégica, en la vega del río Urumea, en pleno Camino de Santiago y a pocos kilómetros de la costa donostiarra, le situarían en el centro de acontecimientos como las guerras banderizas.

Las barrocas casas-palacio que se asoman a su calle Mayor o el conjunto que forman la iglesia de San Juan Bautista y la Casa Consistorial son relevantes elementos patrimoniales de Hernani, en cuyas afueras están el puente de Fagollaga y el Humilladero de la Santa Cruz, que marcan la ruta interior del Camino de Santiago.

Urnieta.La tradición del monte Adarra.

Este municipio acoge uno de los montes más populares y emblemáticos de Gipuzkoa, el Adarra (817 metros), desde el que se disfrutan unas bonitas vistas de la comarca de Donostialdea. En sus alrededores encontraremos interesantes monumentos megalíticos como el cromlech de Eteneta I. Y, para reponer fuerzas, nada mejor que una visita a las sidrerías de Urnieta.

Esta tranquila localidad posee 2.264 hectáreas de terreno y limita con Lasarte-Oria, Hernani, Elduain y Andoain. En sus montes se conservan algunos monumentos megalíticos que merece la pena visitar. Cromlechs como los de Leiako, Eteneta y Mulisco, y los dólmenes de Abailarri y Pozontarri, testimonios que han llegado hasta nuestros días de los antiguos pobladores de Urnieta.

La cueva de Marizulo, con una antigüedad de 3.000 años antes de Cristo, es el primer testimonio que se conoce de la villa. En 1962 y 1963, los investigadores Manuel Laborde y José Miguel de Barandiaran encontraron en su interior restos humanos del Neolítico.

La villa de Urnieta se fundó en 1614. Dos siglos más tarde, durante la primera Guerra Carlista (1833-1840), la localidad resultó prácticamente destruida por las tropas de Isabel II, con 46 edificios y 128 caseríos quemados.

No obstante, en la actualidad el municipio conserva construcciones tradicionales de la arquitectura rural como el caserío Aierdi, edificación unifamiliar del siglo XVI incluida entre los bienes de interés cultural del País Vasco.

Andoain.Base para senderistas.

Andoain es una tranquila población de la comarca de Donostialdea que puede servir como base para los amantes de las excursiones. Rodeada de pequeños montes y áreas rurales que recorrer, es el punto de acceso al biotopo protegido de Leitzaran.

Situada a medio camino entre Donostia-San Sebastián y Tolosa, Andoain fue disputada en sus inicios por ambos municipios, antes de convertirse en villa, ya en el siglo XVII. Andoain es hoy una mediana población, muy tranquila, que combina los caseríos con la pequeña industria y que supone una excelente base de operaciones para los amantes del senderismo.

En su término municipal se encuentra el monte Adarra (816 metros), una de las más hermosas cumbres guipuzcoanas. También merecen la pena los recorridos por las áreas de Buruntza, Belkoain, Goiburu e Idoiaga, de interés paisajístico, naturalístico y arqueológico.

Sobre todo, Andoain es el punto de partida del biotopo protegido de Leitzaran, que sigue el sinuoso y encajonado cauce del río del mismo nombre hasta llegar a Leitza (Navarra). Antes de iniciar el trayecto, podremos informarnos sobre la zona en el centro de visitantes Leitzaran. Ubicado en el parque de Otieta, cuenta a su vez con un centro de interpretación del agua y una escuela de pesca.

El espacio natural aprovecha para senderistas y cicloturistas la vía, con sus túneles y puentes, del primitivo tren del Plazaola, que conectaba Gipuzkoa con Navarra. Después de disfrutar de esta vía verde, o de hacer unos hoyos en el Goiburu Golf Club, en el casco urbano de Andoain pueden visitarse las iglesias de San Martín de Tours y de Sorabilla, las ermitas de Santa Cruz de Zumea y de San Esteban o la casa-torre Berrozpe.