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Vegueria Terres de l´Ebre

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Las Tierras del Ebro (en catalán y oficialmente Terres de l'Ebre) son un territorio del sur de Cataluña formado por las comarcas del Bajo Ebro, el Montsiá, la Tierra Alta y la Ribera de Ebro.

Su accidente geográfico más característico es el curso bajo del río Ebro.

Su territorio, con más de 3.300 km cuadrados representa el 52% de la superficie de la provincia de Tarragona y el 10% de la de Cataluña y está constituido por 52 municipios.

Las principales localidades por población son: Tortosa, Amposta, San Carlos de la Rápita, Deltebre, Alcanar y la Ametlla de Mar.

Tienen un peso representativo también Gandesa y Mora de Ebro, como capitales de comarca que son.

En la actualidad Tierras del Ebro se configura como una  veguería.

Es uno de los siete ámbitos funcionales territoriales definidos en el Plan territorial general de Cataluña.

Tortosa es la sede de la Delegación Territorial del Govern de la Generalitat a les Terres de l'Ebre desdel 2001 y de una sede descentralizada de la Diputación de Tarragona desde 2009.

En el aspecto ambiental las cuatro comarcas poseen un importante patrimonio natural: dos parques naturales (Delta del Ebro y Puertos de Tortosa-Beceite) así como otras zonas que gozan de otros grados de protección (sierra de Cardó, reserva de Sebes en Flix, etc).

A éste se le suma su legado cultural e histórico-artístico (conjuntos históricos de Tortosa, Horta de San Juan, Miravet, Batea, Arnes, espacios de la Batalla del Ebro, pinturas rupestres de Ulldecona, etc).

El 28 de mayo de 2013 buena parte de su territorio fue declarado Reserva de la biosfera1 2 por la Unesco.

El Parc Natural del Delta de l'Ebre

La zona húmeda más grande de Catalunya es una de las más importantes de la región Mediterránea. La desembocadura del río que da nombre al conjunto de nuestras tierras constituye un parque natural de primer orden con una incomparable riqueza de flora y fauna que lo hacen único y excepcional.

Con una superficie total de 7.736 hectáreas comprende las comarcas del Baix Ebre y el Montsià.

Más de 500 especies diferentes le confieren un gran potencial con respecto a la vegetación, donde destacan los canyizales, los juncales, los eucaliptos y las madreselvas de río.

Es necesario pero no olvidar el arroz, la legumbre estrella de la zona, la producción del cual ocupa grandes extensiones de terreno deltaico.

Con respecto a la fauna, los pájaros tienen una gran importancia en la zona donde se cuantifican entre 50.000 y 100.000 ejemplares de 300 especies diferentes.

El clima húmedo propicia el hábito idóneo para insectos e invertebrados, mientras que los diversos grados de salinidad del agua facilita que se puedan encontrar un gran número de peces entre los que destacan las anguilas, los salmonetes y las corvinas, que conviven con especies introducidas como el siluro.

Las condiciones climáticas y del terreno, conjuntamente con su belleza natural, permiten al visitante contemplar un gran espectáculo donde el agua del río y del mar son los protagonistas principales.

Multitud de rutas y actividades complementan la oferta de la zona del Delta del Ebro y de los municipios que lo albergan.

El Parque Natural de Els Ports

El Parque Natural de Els Ports se extiende en el área catalana de las montañas dels Ports, un macizo que sobrepasa los límites de las Terres de l'Ebre y se adentra en las provincias de Teruel (Aragón) y Castellón (Comunidad Valenciana).

Estas sierras destacan por la riqueza de la fauna y flora que vive aquí y, de hecho, son el refugio de muchas especies animales y vegetales amenazadas.

Destaca la presencia de la cabra hispánica y las poblaciones de haya, que aquí tienen el enclave más meridional de Europa.

Además, las formaciones geológicas dibujan un paisage característico único en Cataluña.

El Río Ebro

Navegar por el río Ebro se ha convertido en una actividad lúdica que permite disfrutar del paisaje fluvial, de los frondosos bosques de ribera y de la tranquilidad que los rodea, acompañada por el canto de las aves que encuentran refugio.

Tradicionalmente la navegación fluvial había sido el centro del comercio de los pueblos ribereños. La novela “Camí de Sirga”, del escritor de Mequinensa Jesús Moncada, es una de las obras que mejor ha escrito la actividad económica y social que se desarrolla alrededor del río Ebro.

Turismo Rural

El contacto directo con el entorno natural de las Terres de l'Ebre y con el ambiente de pueblo son dos de las características principales que definen el turismo rural. La oferta se centra, principalmente, en núcleos de población pequeños y medianos.

Hoteles familiares, masías o antiguas casas pairales han estado rehabilitadas para acoger turistas interesados en descubrir las peculiaridades de la vida de payés, la gastronomía, la cultura y el patrimonio rural de las comarcas de l'Ebre.

Turismo activo

En las Terres de l’Ebre encontraréis una gran variedad de espacios naturales idóneos para la práctica del turismo activo y de aventura: senderismo, recorridos con bicicleta, navegación con kayak, escalada, o travesías con caballo, y otras más.

Además, tendréis a vuestra disposición una amplia oferta de servicios para disfrutar del contacto con el entorno natural mientras descubrís nuevos rincones y saboreáis los detalles de estas comarcas bañadas por el Ebro.

Cultura e historia

Las comarcas del Ebro son tierras con un gran patrimonio cultural e histórico. A lo largo de los siglos, el río Ebro se ha convertido en una gran vía de comunicación entre las zonas costeras y del interior de la península, un punto de convergencia de gentes y culturas. Por otra parte, el carácter de territorio puente entre Catalunya, País Valencià y Aragón ha convertido las Terres de l’Ebre en núcleo central de negociaciones, repoblamientos y expansión del cristianismo.

El conjunto de todo este legado es muy rico: pinturas prehistóricas, castillos, iglesias y palacios, construcciones modernistas... acompañadas con una buena dosis de tradiciones. Museos, fiestas de recreación histórica o rutas por espacios decisivos en la historia nos permiten disfrutar y sobretodo no olvidar.

Playa y litoral

La diversidad y la calma singularizan la identidad del litoral en las comarcas de las Terres de l’Ebre: en la costa norte sobresalen calas solitarias, ocultas entre los acantilados rojizos y rodeadas de pinedas.

En el sur predominan las playas espaciosas, tranquilas, de arena fina y aguas claras poco profundas.

Entre la roqueda y las calas de L’Ametlla y El Perelló, los antiguos caminos de ronda recorren una costa recortada, en donde reina la vegetación arbustiva, seca, pero de una belleza suave. Bordeando pueblos marineros, habituados al sonido del roce provocado por el movimiento sinuoso de las barcas, se abre la plana.

Dirigiendo nuestra mirada hacia el mar, desde L’Ampolla, se divisa el faro cosiendo el horizonte entre el agua, el cielo y la fina capa del Delta en la Punta del Fangar.

A cielo abierto, la plana deltaica contagia soledad. Entre espejismos desérticos, dunas bajas y el verdor húmedo de los arrozales en primavera, las playas arenosas de Amposta, Sant Jaume y Deltebre conviven con los espacios más emblemáticos del Parque Natural.

En la playa del Trabucador, allí donde se cierra la bahía de Los Alfacs, un salobre aroma nos permite intuir el sabor marinero de Sant Carles de la Ràpita, que percibimos en el blanco de las casas aunque, sobre todo, en los platos servidos en sus restaurantes.

Un poco más al sur, entre playas de cantos rodados, el núcleo pescador de Les Cases d’Alcanar deslumbra con sus fachadas pálidas, salpicadas por el tono colorado de los geranios que decoran las ventanas, y cautiva nuestra mirada con aquella estampa de unas mujeres viejas conversando tranquilas a pie de calle sentadas en una silla de anea.

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